Decálogo del Amor para Mujeres (y para hombres)

Observo que casi todos mis pacientes, lo mismo que la mayoría de gente, tiene ideas muy confusas sobre el amor, muchas de ellas infantiles o tóxicas y casi todas de origen mediático o popular. Lo podemos comprobar fácilmente si buscamos en Internet imágenes relacionadas con el amor o la pareja. Esto influye a menudo de forma muy negativa en la capacidad de amar, sentirse amados, elegir y relacionarse maduramente con sus hijos o parejas, etc., de muchas personas. También me suelen preguntar: "pero entonces, ¿qué es el amor?" Para intentar responder brevemente a esta pregunta, resumo aquí, en forma de Decálogo, algunas ideas que me parecen fundamentales:


DECÁLOGO DEL AMOR PARA MUJERES
(y para hombres)

(con la colaboración de José Luis, mi compañero de vida desde hace 32 años)

1. Olvídate del enamoramiento
Lo romántico, estar enamorada, que se enamoren de ti, es muy euforizante y halagador, pero no tiene nada que ver con el amor. Sólo puedes amar lo que ves y comprendes. Pero el enamoramiento es una idealización, una droga que no te permite ver ni comprender nada.

2. Olvídate del ego
El ego (tu narcisismo) es acaparador, orgulloso, envidioso. Siempre intenta seducir, ganar, manipular, engañar, dominar, salirse con la suya... Lo más importante para él siempre es él, no las otras personas.

3. Olvídate del sexo
El placer sexual puede formar parte, o no, del amor. No crea amor, no demuestra amor, va por otro canal. Con sexo o sin sexo el amor es otra cosa.

4. Olvídate de ser feliz "gracias al amor"
El amor es indispensable en la vida, ¡cierto!, pero si tus desdichas provienen de tu neurosis, problemas de personalidad, etc., entonces no sólo necesitas amor, sino también y sobre todo terapia. El amor no hace feliz a nadie, sino al revés: sólo puedes amar cuando ya eres mínimamente feliz, es decir, emocionamente sano.

5. Olvídate de cadenas
El amor no es una cadena para nadie. Ni para dominar, ni para ser dominada, ni para hacerlo todo juntos a todas horas, ni para renunciar a tu propia vida y aspiraciones, ni para poner a prueba al otro, ni para conseguir adoradores / servidores / privilegios de cualquier tipo, ni para lograr "muñequitos" (hijos), ni para no ser menos que nadie y tener un buen status social... El amor une, pero no ata.

6. Olvídate de mentiras
Si sufres o haces sufrir a menudo con tu amor, no es amor. Así de sencillo. Portarte bien y obrar como si amases tampoco es amor. Dominar, agredir, criticar, despreciar, chantajear, robar besos, afecto o sexo, ignorar, confundir, manipular, mimar, halagar, sobreproteger, exigir "detallismos" y "telepatía" al otro (¡el sueño de muchos egos!), no es amor... Etcétera. No hay amor donde no hay franqueza, cuidados y respeto.

7. Olvídate de paranoias
La base del amor es la confianza. No hay otra. Sin capacidad de confiar, todo son dudas, miedos, bloqueos, soledades. La máxima prioridad no es, pues, "amar", sino recobrar en la medida de lo posible tu confianza en los seres humanos. Entre los que están, naturalmente, tu pareja y tus hijos.

8. Olvídate de "seres especiales"
El amor es la capacidad psicológica de sintonizar, vincularte y cuidar del mundo entero (plantas, animales, personas, pareja, hijos, amigos, incluso tú misma). No se puede "fraccionar" esta capacidad, "amar" unas cosas y no otras. O sabes amar o no sabes. O eres una persona amorosa o no lo eres... Incluso el amor de pareja, que tiene sus propias peculiaridades excluyentes, etc., en el fondo no es sino una expresión más del potencial amoroso general de tu corazón.

9. Olvídate de "sacrificios"
El amor genera espontáneamente beneficios mutuos, es decir, fortalece y hace crecer a todas las partes de una red amorosa. Si alguien tiene que sufrir o esforzarse continua o artificialmente para que los demás sean "felices", entonces sabemos que tales redes no son amorosas, sino neuróticas.

10. Olvídate de exhibicionismos
El amor siempre es humilde, discreto, natural, casi secreto. Nace y fluye, invisible, como los manantiales que dan vida a los bosques... No es espectacular, no hace alardes, no compra ni vende, no pasa facturas, nadie lo "ve"... pero gracias a él madura en las personas lo mejor de sí mismas.

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Ojalá la lectura de estas líneas, y sobre todo una posterior y detallada reflexión sobre ellas, orienten a algunas personas en este complejo asunto. Para profundizar en él recomiendo al lector El arte de de amar, de Erich Fromm.

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