PSICOBIOGRAFÍAS: Rainer María Rilke (1875-1926)

A propuesta y con la colaboración de Elena García.

Temo íntimamente, a pesar de los años transcurridos,
no estar lo suficientemente lejos de ella.

Rainer M. Rilke


Rainer M. Rilke fue un influyente poeta romántico del siglo XIX-XX, considerado uno de los autores más importantes de la literatura universal. Su vida personal estuvo marcada por la soledad y la búsqueda continua de la belleza y la trascendencia. En lo psicológico, es una clara muestra de los graves daños que una mala crianza puede causar en el corazón de las personas.

Rilke nació en Praga poco después de la muerte de una hermana prematura, a la que la madre quiso que el niño sustituyera. Por eso, lo bautizó como René ("renacido") y lo vistió y trató como a una niña durante varios años. Con la supuesta pasividad del padre. Durante todo ese tiempo la madre obliga a René a hablar en falsete, a imitar las gesticulaciones de una niñita y, cuando juega con el niño como si fuese una muñeca, lo llama "Sophie" (el nombre de la hija muerta). Esta locura, esta absoluta negación de la realidad por parte de la madre produjo en Rilke secuelas irremediables.

Cuando René tiene 9 años, su madre, una mujer culta pero también fría, dominante, con altibajos maniaco-depresivos, amante de las apariencias y de la buena vida, decide marchar con el niño a Viena para conseguir el status nobiliario que cree merecer. Fue una separación de hecho de un marido que no satisfacía sus aspiraciones. Pero éste interviene en 1886 y, en un golpe brutalmente opuesto a la delirante simbiosis madre-hijo, interna a Rilke en el cuerpo de cadetes de una escuela militar. El niño tenía 11 años.

René pasa sin transición de ser "Sophie", la muñequita que su madre metía en la cama al menor malestar real o imaginario, al que sostenía la mano durante horas, al que inició en la poesía (siempre quiso que su "niña" fuese poetisa), la cultura y el gusto por la buena vida, etc. -convirtiéndolo así en un niño asustadizo, endeble y extremadamente sensible-... al rudo y disciplinado ambiente castrense.


El choque fue inevitable. Aunque Rilke, acostumbrado a callar y obedecer, intentó aparentar que todo iba bien y se mostraba silencioso, modesto y servicial, sufría continuas fiebres y dolores de cabeza que le obligaban a pasar mucho tiempo en la enfermería... Como él mismo escribió después, se sentía "exhausto y maltratado, corporal y espiritualmente", y describió aquel período de su vida como un "largo suplicio" y un "abismo de miseria". Abandonó esa escuela 5 años después, por enfermedad, "a los dieciséis años, físicamente agotado y mentalmente maltrecho".

De vuelta a casa del padre, el tío paterno asume su educación y le asigna una paga mensual. Rilke prosigue en privado su formación y más tarde estudia literatura, historia del arte y filosofía en la universidad de Praga. Tiene 21 años, pero ya es un hombre distante, complejo y muy inadaptado. Decide, contra la opinión del padre, vivir sólo para escribir. Durante casi toda su vida el padre, preocupado por la indigencia del hijo, le envió mensualmente pequeñas cantidades de dinero.

René cambia su nombre por el de Rainer y se dedica a escribir y viajar por diversos países de Europa. Es reclutado para luchar en la Primer Guerra Mundial pero lo licencian pronto por enfermedad. Tiene numerosas amantes y protectoras, en las que parece buscar inconscientemente a una madre idealizada (“una madre que es grandeza, amabilidad, tranquilidad y beneficencia”). Se dice que Rilke llegaba, enamoraba (con frecuencia a mujeres de buen estatus y fortuna) y huía pronto dejando tras de sí algunos versos y una abundante correspondencia para mantener "viva" la relación...

A pesar de todo, Rainer se casa en 1901 con la escultora Clara Westhoff y tiene una hija, Ruth. Pero abandona a ambas al año siguiente y se marcha a París. Pese a ser consciente de los daños sufridos por parte de su madre (y también de su padre), y aunque se mantiene alejado de ambos y desahoga sus malestares emocionales con amantes, amigas y protectoras, Rilke nunca se atrevió a enfrentarse con su madre. Cuando le escribe, se muestra afectuoso y sumiso, sin expresar ninguno de los miedos y reproches que oculta en su corazón. La ama y la odia, se siente profundamente ambivalente. Por eso sufre una gran confusión respecto a su identidad, su rechazo de sí mismo, su miedo a las mujeres, sus sentimientos de culpa y, en general, su invencible dificultad para relacionarse en profundidad con las personas. Como él mismo escribe:

"Desde que soy niño he tendido a ser solitario y a no tener familia y a huir de las fiestas familiares. He preferido por el contrario tener relaciones distantes por todo el mundo. Estoy predeterminado a no sentir en la proximidad, sino en la distancia; sólo en la distancia se manifiestan mis sentimientos con toda su verdad, poder y profundidad".

No sabemos hasta dónde llegaba la infelicidad de Rilke. Pero cuando su primera amante y después amiga y protectora, Lou Andreas-Salomé (que había sido discípula de Freud) le propone que realice un psicoanálisis, Rilke se niega. Según él, "por miedo a perder su creatividad". Como tantas otras personas, se refugia, se expresa y se escapa a través del arte, el pensamiento y la belleza, para no afrontar sus demonios reales. De hecho, algunos no lo vieron nunca como a un poeta, sino más bien como a un "vagabundo que escribía"...

A partir de los 48 años su salud siempre frágil empeora (más tarde se supo que padecía leucemia) y se ve obligado a pasar largas temporadas en distintos sanatorios. Muere en 1926, con sólo 51 años, a consecuencia de la infección causada por la espina de una rosa, cuando recogía flores para una amiga... De algún modo, el hombre solitario que nunca pudo amar porque su madre le destruyó el alma... murió también intentando complacer a una de sus muchas "madres" sustitutivas.

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