PSICOBIOGRAFÍAS: Marlon Brando (1924-2004)

Marlon Brando dejó de confiar en las personas cuando tenía 7 años. Fue el día que descubrió que la joven institutriz que lo cuidaba, la única persona con la que fue feliz, lo había traicionado :

"Habían pasado semanas desde su partida. La había esperado un día tras otro. Pero al final supe que no volvería... Me sentí abandonado. Mi madre me había abandonado hacía mucho tiempo por la botella; ahora Ermi también se había ido. A partir de aquel día, me convertí en una persona separada de este mundo".

Marlon, o Bud como le llamaban, había perdido el paraíso: los juegos, los abrazos, la ternura, la complicidad... Él y sus dos hermanas quedaban de nuevo a merced de un padre despreciativo, iracundo, bebedor y mujeriego; y de una madre excéntrica, inestable y alcohólica que desaparecía durante días.

"No recuerdo muchas cosas buenas de mi infancia..., mi padre era un borracho, un jodido pendenciero. Mi madre también era una borracha. Lo que recuerdo es que la arrestaban".

A partir de ese momento Bud empezó a exteriorizar su desesperación: tartamudeaba, tenía problemas de aprendizaje, era agresivo, no soportaba la autoridad y tenía fantasías:

"Durante algún tiempo tenía la fantasía de que todas las personas importantes de mi vida habían muerto y que sólo fingían estar vivas".

Era cierto. Para él, emocionalmente estaban muertos. Su padre lo ignoraba o lo despreciaba. Su madre vivía perdida en sí misma. Y sus hermanas intentaban ejercer de "madres" suplentes. Marlon nunca recibió un halago, un elogio, una palabra de aliento... Por eso se erigió en el protector de los débiles, llevaba a casa a personas en apuros, animales hambrientos o pájaros heridos:

"En mi casa siempre hubo animales, pero para mí fueron más importantes a medida que pasaba el tiempo, porque me ayudaron a sobrellevar la falta de cariño".

Su trabajo de actor fue una manera de canalizar sus emociones, de poner en escena lo que había sentido y lo que había observado en los demás (como muchos maltratados estuvo siempre muy atento a las emociones ajenas). En el mundo del teatro y, después, del cine, sí encontró algunas personas que lo alentaron y quisieron.

"A menudo he pensado que si no hubiera sido actor, me habría convertido en estafador y habría acabado en la cárcel. O tal vez me habría vuelto loco".

Durante toda su vida Bud se relacionó con muchas mujeres, casi todas exóticas y de piel morena como la institutriz que lo abandonó. Por ellas sintió una ambivalencia extrema, las deseaba pero al mismo tiempo las despreciaba. Sólo hubo una a la que amó, de piel blanca y muy parecida a su madre: era adicta, imaginativa, inteligente, excéntrica y murió pronto... Con ellas tuvo 11 hijos, alguno de los cuales tuvo una vida y un final profundamente desgraciado.

Y no puede decirse que Marlon Brando no buscara ayuda para solucionar sus problemas emocionales. Visitó a su primer psicoanalista con 23 años. Después vendrían otros 5, con los que gastaría miles de dólares. Sólo en uno de ellos encontró comprensión y afecto, pero tampoco éste era partidario de profundizar en el pasado. Cuando Bud le preguntaba: "¿Crees que mi furia actual está relacionada con el odio que siento por mi padre?", prefería hablar del presente...

En consecuencia, sus síntomas no mejoraron jamás. Siempre sufrió miedos, ansiedad, depresión, furia. Se sentía como una bomba a punto de estallar. Pero continuó reprimiendo, ¿qué otra cosa podía hacer? Idealizó a su madre muerta, justificó a su padre muerto y llegó a la conclusión de que lo mejor era perdonar... Sin embargo, cuando en 1979, en la película Apocalypse Now, improvisó el monólogo del Coronel Kurtz en la escena final, tuvo la ocasión de expresar su profundo dolor. Fue el momento que más cerca estuvo de quedar perdido en un personaje:

"He visto un caracol, se deslizaba por el filo de una navaja, ese es mi sueño, más bien mi pesadilla, arrastrarme, deslizarme por todo el filo de una navaja de afeitar, y sobrevivir".

Con los años, con las dificultades de la vida (los divorcios, el encarcelamiento de un hijo, el suicidio de una hija, los problemas económicos...) Marlon Brando se fue encerrando cada vez más en sí mismo, se fue volviendo más solitario, más sombrío, más ausente. Se refugió en la comida y aprendió meditación para intentar calmar, en la medida de lo posible, su ira y su dolor... Hasta que, en Julio de 2004, murió con 80 años.

"Pasé la mayor parte de mi vida con miedo a ser rechazado y acabé rechazando a los que me ofrecieron amor, porque fui incapaz de confiar en ellos".

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Basado en el libro "Las canciones que mi madre me enseñó", Marlon Brando, Ed. Anagrama, 1994

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