El oasis personal

El mundo es muy duro y todos deberíamos disponer de algún refugio personal donde guarecernos de él. Una especie de... cabaña acogedora. Un oasis particular. Un espacio íntimo donde pudiésemos desconectar de vez en cuando, relajarnos, jugar como niños, disfrutar  Donde pudiéramos sentir, expresarnos, compartir, incluso cultivar esos talentos y aficiones que, a menudo, ni siquiera sabemos que tenemos. Eso nos ayudaría a recuperarnos de nuestras heridas cotidianas y ser algo más felices.

Nuestro oasis personal puede ser muy variado.  Para unos puede ser jugar con los niños, charlar con la pareja, quedar con los amigos. Para otros, leer, escribir, pintar cuadros, escuchar música. Otros preferirán los trabajos manuales, o ir al gimnasio, la piscina, jugar al fútbol. O quizá bailar, cocinar, pasear al perro, cuidar un pequeño jardín... O simplemente distraerse en el sofá con un videojuego o frente al televisor. Muchos dirán: "¡uy, no tengo tiempo para esas cosas!". Pero de eso se trata precisamente. ¡De encontrarlo como sea!

La finalidad del oasis personal no es simplemente descansar, frenar un poco el estrés, "desconectar" de la realidad, sino disfrutar. Gozar un poco del presente. Ejercitarnos en el difícil (pero indispensable) arte de hacer de vez en cuando las cosas no como un deber, esfuerzo o sacrificio "por los demás", sino para nosotros mismos. Por el gusto de hacerlas. Como un ejercicio de autoestima y libertad interior.

Insistimos, nuestro oasis no es una burbuja para escapar o aislarnos de la vida (como hacen algunas personas). Se trata, por el contrario, de un espacio para celebrar la vida. Para fortalecer aquellos aspectos de nuestro ser que solemos dejar relegados a causa de nuestras múltiples obligaciones cotidianas. Gracias a ese espacio podemos, como en una meditación zen,  reconectar con nosotros mismos. Podemos conocernos mejor. Podemos madurar nuestro yo y fluir mejor con la vida.

¿Cuánto tiempo requiere nuestro oasis personal? Bueno... ¡ojalá pudiésemos disponer al menos de 1 hora al día! Lo que sí nos hará falta en cualquier caso es valentía. El coraje de ir un poco contracorriente. De luchar "egoístamente" (a los ojos de los demás) por un trocito de espacio y tiempo para nosotros mismos. De quedarnos a solas durante un rato con nuestros propios sentimientos.

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